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poemas y poetas

ALGO DE MAROSA DI GIORGIO

Algo muy breve de Marosa di Giorgio, como encontrado al azar, como para dejar una mínima huella en el mirador, como un breve mugido...

Siempre salgo

Nos encontramos en el manzano. Era una noche cerrada, oscura. Me dijo: ¿Paseas?
Contesté: Siempre salgo.
El dijo: Yo, también, siempre salgo.
Pero, en ese momento, irrumpió la luna. Con todos sus tules. Y una llaga, como si hubiese sido violada dentro del traje de novia.
— ¿Qué tiene la luna?
— No sé.
A la enorme luz, se vio que yo estaba absolutamente desnuda; sólo con las trenzas múltiples, larguísimas.
El traje de él era augusto y deslumbrante.
Como el de un guerrero.
Como el de un clavel

(Publicado en Insomnia, 19 de mayo de 2000)

WILLIAM JOHNSTON

Hace cuatro años, por setiembre de 2000, en una entrevista que le realizó la publicación Insomnia, William Johnston (Montevideo, 1967) explicaba que concebía su poesía desde la intuición, desde la intimidad de una pulsión inconsciente y desde el trasfondo social de los arquetipos mitológicos. Y que lo hacía apostando al logro de una poesía sensorial, una poesía que tiene sus referentes en el misterio y lo inefable, potencias no abarcadas por la razón. Afirmaba entonces la fuerza cognoscitiva y comunicativa de lo poético: “La poesía es verdad –decía- y es para describir una realidad. Una realidad de la cual uno esta posesionado", y también una "realidad trascendente".
Por esa época comenzaba a escribir los poemas del libro "El viento detrás del bosque", que diera por culminado en el año 2003 y que obtuviera el primer premio de poesía inédita en el concurso literario nacional organizado por el MEC. De ese libro publicamos hoy tres poemas.

(las celebraciones del aire)

de azul porcelana
los céfiros

juegan con las metamorfosis de una nube
a la medida de otros reinos

estos días terrestres y sus tercas obligaciones.

(oráculo)

tienes el mar por dentro
pero sólo escucho
el presagio vencido de una sirena.

(the swimming pool)

los ojos están dispuestos en atrapar un argumento de nubes,
la cabeza de medusa en flotante camalote

tal vez la muerte sea un suceso por soñarse.

CRISTINA PERI ROSSI

"Un escritor tiene que ser poeta, es decir, alguien que sabe hacer sonar su lengua con todas sus inflexiones, matices y sonoridades" y "lo primero, para ser poeta, es el oído de la lengua". Ambas aserciones pertenecen a Cristina Peri Rossi.
Narradora y poeta, Cristina Peri Rossi nació en 1941, en Montevideo (Uruguay). Su obra literaria se inicia en 1963, con la publicación de su libro de cuentos "Viviendo", mientras que su primer libro de poesía, "Evohé", data de 1971. En 1972 se exilió a España y vive en Barcelona desde entonces. Ha sido profesora de literatura, traductora y periodista. Luego de ese primer libro de poesía (el único editado en Uruguay) su obra poética está jalonada por más de una decena títulos: "Descripción de un naufragio" (1974); "Diáspora" (1976); "Lingüística general" (1979); "Europa después de la lluvia" (1987); "Babel bárbara" (Premio Ciudad de Barcelona, 1991); "Otra vez Eros" (1994); "Aquella noche" (1996); "Inmovilidad de los barcos" (1997); "Poemas de amor y desamor" (1998); "Las musas inquietantes" (1999); "Estado de exilio" (2002, Premio Rafael Alberti de Poesía). Para setiembre de este año se espera la edición de un nuevo libro de poesía de la autora: "Estrategias del deseo". En esta ocasión elegimos tres poemas.

DESPUÉS

Y ahora se inicia
la pequeña vida
del sobreviviente de la catástrofe del amor:

Hola, perros pequeños,
hola, vagabundos,
hola, autobuses y transeúntes.

Soy una niña de pecho
acabo de nacer
del terrible parto del amor.

Ya no amo.

Ahora puedo ejercer en el mundo
inscribirme en él
soy una pieza más del engranaje.

Ya no estoy loca.

(de "Otra vez Eros", 1994)

ORACIÓN

Líbranos, Señor,
de encontrarnos
años después,
con nuestros grandes amores.

(de "Inmovilidad de los barcos", 1997)

ASÍ NACE EL FASCISMO
(La lección de guitarra, Balthus)

En el campo de concentración
de la sala de música o ergástula
la fría, impasible Profesora de guitarra
(Ama rígida y altiva)
tensa en su falda el instrumento:
mesa los cabellos
alza la falda
dirige la quinta de su mano
hacia el sexo insonoro y núbil
de la Alumna
descubierta como la tapa de un piano
Ejecuta la antigua partitura
sin pasión
sin piedad
con la fría precisión
de los roles patriarcales.

Así sueñan los hombres a las mujeres.
Así nace el fascismo.

(de "Las musas inquietantes", 1999)

ELDER SILVA

Si es cierto que en Uruguay existió algo así como "una generación de la resistencia a la dictadura", actuando en el período de 1980 a 1985, seguramente uno de los poetas más populares de esa generación debe haber sido Elder Silva. Nacido en el pueblo de Lavalleja, departamento de Salto, en el año 1955, se desempeña en la actualidad como gestor cultural, tras haber sido maestro y periodista.
La poesía de Elder Silva está dotada de una indiscutible capacidad comunicativa. Eso se pone de manifiesto cuando el autor recita su poesía, siendo en este plano una figura incuestionable. Pero además de su presencia constante en recitales y festivales poéticos, ha tenido una sostenida presencia en el plano editorial. Siete libros ubicamos entre su obra: "Líneas de fuego" (de 1982), "Cuadernos agrarios" (de 1985, Premio de Poesía de la Feria Nacional de Libros y Grabados), "Un viejo asunto con el sol" (de 1987), "Fotonovela. Canción de perdedores" (de 1998), "La cajera del Oxford y otros poemas de amor" (una antología de 1999), "Mal de ausencias" (de 2002, premiado en el Ministerio de Educación y Cultura) y el recientemente galardonado en Tenerife (España) "La frontera será como un tenue campo de manzanillas". Es de este último libro que seleccionamos un poema para mugidor.

VUELTA AL MUNDO

Canta un sabiá en Tala,
en la profundidad del espinillar
y le responde un azulito en Migues
en el huerto silencioso, en casa
del poeta Juan Carlos Macedo.
Una bandada de zorzales
voló por la mañana
y su canto nervioso se escuchó
por las orillas del Laureles
y por Parada Herrería,
sobre unos campos de trigo en Valentín.
En "El viento nos llevará"
(Bad ma ra khahad bardr" en iraní)
Abbas Kiarostami
registra el canto de una ratonera,
ese pajarito saltarín que anida en los chilcales.
Al lado de Malí, viendo la película,
comprendí que aquella ratonera
registrada por la cámara de Siah Darek,
a 700 quilómetros de Teherán,
es la misma que atería los mediodías de
mi infancia.
Es que el canto de los pájaros
da la vuelta al mundo, al sol, al sistema planetario,
como algunas veces
—pocas, muy pocas—
también le sucede a la poesía

ÁLVARO OJEDA

Álvaro Ojeda, poeta y crítico literario, nació en Montevideo en 1958. Es autor de "Ofrecidos al mago sueño" (Banda Oriental, 1987), "En un brillo de olvido" (Banda Oriental, 1988), "Alzheimer" (Ediciones de Uno, 1992), "Los universos inútiles de Austen Henry Layard" (Último Reino, Bs. As., 1996), "Substancias de Calcedonia" (del año 2000, que puede leerse en Artefacto Literario).
En 1989 obtuvo el premio Cuadernos de Marcha por "Una celada para Philip Marlowe", obra que permanece inédita. Ha sido colaborador de las páginas culturales del suplemento Culturas del diario El Observador, de Cuadernos de Marcha, Hermes Criollo y la Revista Academia de Letras.
Su último libro editado fue "Luz de cualquiera de los doce meses" (civiles iletrados, 2003), de donde extraemos el poema que da título al libro:

LUZ DE CUALQUIERA DE LOS DOCE MESES

Se deja de vivir por motivos imperceptibles,
una figura,
un sueño,
una luz,
no es vértigo es herrumbre,
es la hoja delgada finísima
afilada pergrina del mundo,
es la hoja y el mundo
y es la sombra en un muro vencido,
una carta,
un mensaje,
una desilusión,
la fábrica de las coartadas
en el descrédito de las culpas,
la declaración ajada que cuelga
del último despacho,
una mosca que araña un párpado
en la refriega del verano,
la copa que ella dejó,
el relente de su paso y del paso de otros
en el tapiado vaivén del deseo,
una conjugación,
la última excrecencia de un verbo
que asalta la retina,
el verbo ver,
el verbo he visto en repetida sucesión,
he visto el mundo,
la expresión he visto todo el mundo
y sus consecuencias inexactas
en la retina privada de las cosas,
un acto que convoca a otros actos
como un grillo a otro grillo,
un despejado, ilimitado vacío,
un alcor hueco de cenizas,
la quieta, impasible, poderosa
luz de un mes,
agosto, abril, octubre,
una forma de mirar el crepúsculo
derivando dentro de una canoa,
el último río y el sonido impronunciable
de la palabra piedad.