Blogia
mugidor

ÁLVARO OJEDA

Álvaro Ojeda, poeta y crítico literario, nació en Montevideo en 1958. Es autor de "Ofrecidos al mago sueño" (Banda Oriental, 1987), "En un brillo de olvido" (Banda Oriental, 1988), "Alzheimer" (Ediciones de Uno, 1992), "Los universos inútiles de Austen Henry Layard" (Último Reino, Bs. As., 1996), "Substancias de Calcedonia" (del año 2000, que puede leerse en Artefacto Literario).
En 1989 obtuvo el premio Cuadernos de Marcha por "Una celada para Philip Marlowe", obra que permanece inédita. Ha sido colaborador de las páginas culturales del suplemento Culturas del diario El Observador, de Cuadernos de Marcha, Hermes Criollo y la Revista Academia de Letras.
Su último libro editado fue "Luz de cualquiera de los doce meses" (civiles iletrados, 2003), de donde extraemos el poema que da título al libro:

LUZ DE CUALQUIERA DE LOS DOCE MESES

Se deja de vivir por motivos imperceptibles,
una figura,
un sueño,
una luz,
no es vértigo es herrumbre,
es la hoja delgada finísima
afilada pergrina del mundo,
es la hoja y el mundo
y es la sombra en un muro vencido,
una carta,
un mensaje,
una desilusión,
la fábrica de las coartadas
en el descrédito de las culpas,
la declaración ajada que cuelga
del último despacho,
una mosca que araña un párpado
en la refriega del verano,
la copa que ella dejó,
el relente de su paso y del paso de otros
en el tapiado vaivén del deseo,
una conjugación,
la última excrecencia de un verbo
que asalta la retina,
el verbo ver,
el verbo he visto en repetida sucesión,
he visto el mundo,
la expresión he visto todo el mundo
y sus consecuencias inexactas
en la retina privada de las cosas,
un acto que convoca a otros actos
como un grillo a otro grillo,
un despejado, ilimitado vacío,
un alcor hueco de cenizas,
la quieta, impasible, poderosa
luz de un mes,
agosto, abril, octubre,
una forma de mirar el crepúsculo
derivando dentro de una canoa,
el último río y el sonido impronunciable
de la palabra piedad.

0 comentarios